Con una temática de arcoíris y gráficos llamativos, no es de extrañar por qué el hatchback pintado a mano tiene muy animadas a las personas.

El Volkswagen Scirocco S de 1980 de Jason Whipple es un capatazo instantáneo. Salpicado con un motivo arcoíris, letras borrosas y gráficos salvajes, no sorprende por qué el hatchback pintado a mano tiene gente zumbando dentro y fuera de la comunidad automotriz. Difuminando las líneas entre el auto de carreras y el auto de arte, el coupé deportivo hace que los espectadores se detengan y se queden un poco más.

Whipple ha dedicado casi una década a modernizar su antiguo auto de fin de semana y convertirlo en un engalanado auto de carreras de circuito. Lo que comenzó como una simple actividad secundaria para el entusiasta de Volkswagen se convirtió en una compleja reconstrucción a medida que su lista de modificaciones deseadas se hacía cada vez más larga y ambiciosa.

“Tomé un auto en perfecto estado, lo desarmé y cambié todo”, dice Whipple, cofundador de la empresa de ruedas con sede en California, Rotiform Wheels. “Lo llamo el ‘Scirocco del millón’ porque parecía que, en ese momento, estaba gastando un millón de dólares en él”.

Sus modificaciones incluyen un motor construido a mano, un cambio de transmisión, llantas personalizadas y un nuevo sistema de gestión del motor. El motor de 8 válvulas de aspiración natural y 2.0 litros puede alcanzar 200 caballos de potencia. "Todo está 100 % personalizado", dice Whipple.^⁠1

Whipple ha sido un entusiasta de Volkswagen desde que era un adolescente. El primer auto que compró por su cuenta fue un Jetta GLI 8v de 1986. Ahora, a sus cuarenta años, ha ampliado su colección para incluir un Volkswagen Golf R en el nuevo color Spektrum Irish Green y tres Scirocco.

“Es el automóvil deportivo asequible por excelencia. Es preciso y ágil, debido a eso, se mueve con gracia y equilibrio. Hoy es difícil encontrar eso en un coche moderno”, explica Whipple. “Me brinda la alegría de la simplicidad cuando lo conduzco”.

Entre 1974 y 1981, se vendieron más de 500,000 unidades del Mark 1 Scirocco, aunque este auto no fue tan popular en Estados Unidos como en Europa. Creado por el legendario diseñador de automóviles Giorgetto Giugiaro, el Scirocco fue más una declaración de estilo a un buen precio que una máquina de alta velocidad. Las líneas nítidas del vehículo, el techo bajo, los anchos guardafangos traseros y las ventanas angulares han mantenido su impacto con el paso del tiempo; hoy en día, un Mk1 Scirocco intacto es un verdadero coche de coleccionista.

“Es un increíble auto pequeño y me sorprende la cantidad de personas que no lo conocen”, mencionó Whipple.

En otoño de 2018, Whipple se cruzó con su compañero de Volkswageny artista gráfico británico Nicolai Sclater. Conectado a través del negocio automotriz Race Service, originalmente quería asociarse con Sclater en el diseño de una tabla de skate. Sin embargo, cuando Sclater se enteró del Scirocco mejorado de Whipple, el proyecto tomó una dirección diferente.

“Mi reacción inmediata fue, obviamente, ‘quiero pintar ese auto’”, dice Sclater. “Me recuerda el apogeo de mis años de gloria. Ya sabes, esa inolvidable etapa rebelde en la vida”.

Whipple le dio a Sclater rienda suelta al diseño del vehículo entonces completamente blanco y le dio varias semanas para pintarlo a mano. "Estaba aterrorizado y emocionado al mismo tiempo", dice Jason.

Sclater incorporó algunas ideas progresistas en su diseño, incluyendo frases como "el futuro es nuestra culpa" y "las cosas no cambiarán hasta que lo hagamos".

“Surgió de dos ideas diferentes. La primera fue el texto borroso. Me estaba frustrando por lo insignificante que se está volviendo el arte en Instagram y que es generalmente ahí de donde la mayoría de la gente tiene acceso al arte diariamente. No usan libros ni van a museos”, dice Sclater. “Quería hacer una pequeña broma con la audiencia, por lo que tuvieron que hacer una pausa y realmente involucrarse con la imagen”.

La segunda parte fue un llamado a la acción para que los espectadores hagan un balance de sus acciones y sean más considerados con las personas y el medio ambiente. “Se trata de trabajar juntos en lugar de acercarse al mundo como una competencia masiva”, dice Sclater.

Cree que el Scirocco fue el vehículo perfecto para esta directiva. “Creo que un mensaje como este debe darse de manera alegre”, explica Sclater.

El equipo presentó el cupé en noviembre en la exposición SEMA Auto Show de 2018 en Las Vegas. El Buzz corría rápido, al igual que el fuerte viento huracanado por el que recibe su nombre y, desde entonces, el auto ha aparecido en la portada de la revista Performance VW, así como en varios eventos para entusiastas de la industria automotriz. Y, aunque no todo el mundo haya entendido su mensaje o qué hacía un adorno de arco iris en un auto de carreras, lo cierto es que captó la atención de la gente y dio de qué hablar.

"Ciertamente genera conversaciones", dice Whipple. "No me arrepiento".

Su próximo proyecto: un Scirocco de "dos millones de dólares". Ya pintado con el tradicional Volkswagen Mars Red, Whipple planea crear un segundo Scirocco lleno de colores para llevar y traer de la escuela a sus dos hijos pequeños.